Escocia e Inglaterra crean una unión meramente personal
entre reyes dado problemas de descendencia y religiosos entre las monarquías.
Isabel I muere sin descendencia, dejando el trono en manos en manos del hijo de
su prima María I
Estuardo de Escocia, tras ser asesinada por ella misma, una vez había
abdicado del trono a favor de su hijo Jacobo VI de Escocia, que toma el trono
Ingles como Jacobo I. Esta unión del reino (junto con Irlanda, que en aquellos
momentos formaba parte de Inglaterra) fue meramente personal, manteniendo los
dos su práctica independencia política y únicamente compartiendo ambos países
el mismo rey. Esta unión fue muy inestable, pasando por una guerra civil en el
seno de Escocia, la guerra de los tres reinos entre Inglaterra, Irlanda y
Escocia y a principios del s. XVIII una guerra civil en Inglaterra que acaba
con la muerte del rey Carlos I. Esto podía se interpretado como una ofensa a
los escoceses a los que no se consultó para decapitarlo y para evitar una
guerra contra ellos o que se aliasen en la guerra con la pujante dinastía
Francesa deciden unir ambos parlamentos, Escocés e Inglés, en uno solo, ubicado
en Westminster, y creando El Reino Unido en el 1707 con la firma del Acta de Unión .
El poder de separación entre ambos países y parlamentos de nuevo recaía en la
decisión de este parlamento y no en el pueblo como es el caso de España.
Escocia e Inglaterra mantendrán por siempre un alto grado de independencia
administrativa entre ellas.
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